Microcrédito eficiente
“En la población más pobre el problema no es la tasa de interés”
Ahora que estamos en campañas políticas en las alcaldías locales y gobernaciones, surgen infinidad de propuestas para enfrentar la pobreza y generar desarrollo. Dentro de la batería de alternativas siempre aparecen ideas relacionadas con el microcrédito o bancarización de los más necesitados.
Tuve la oportunidad de revisar recientes estudios sobre la materia y particularmente evaluaciones de modelos más o menos exitosos en Bogotá y en el resto del país. Puntualmente me refiero al modelo Banca Capital y al Programa de Microfinanzas de Midas.
El proyecto Banca Capital, definido en el Plan de Desarrollo de Bogotá para el período 2008-2012, pretendía entregar 150 mil millones de pesos en microcréditos. El programa que arrancó en enero de 2009 ha tenido como actividades el acceso a servicios financieros, un fondo de capital semilla, un fondo de inversionistas ángel y fondos de capital de riesgo. El principio es el mismo en casos similares en el mundo entero; la evidencia empírica demuestra que en la población más pobre el problema no es la tasa de interés sino la falta de acceso mismo al crédito, prueba de lo cual es que muchas veces en el mercado informal se paga hasta más de 200% efectivo anual en intereses.
Un modelo parecido, pero manejado de forma distinta, es el Programa de Microfinanzas de Midas-PMM que apoya Usaid y que ha tenido un enorme impacto nacional. Los propósitos son muy similares: “expandir, profundizar y diversificar el acceso a servicios financieros para la población de bajos ingresos”, pero los medios son distintos. En lugar de crear una estructura y quizás armar una burocracia, la alternativa escogida es brindar asistencia técnica y diseñar un modelo atractivo para que las entidades financieras en Colombia (reguladas y no reguladas) diseñen e implementen programas de microcrédito y productos financieros similares. El criterio es ilustrar a las entidades financieras sobre criterios de riesgo no tradicionales, que abren la posibilidad de que una entidad financiera tenga actitud abierta al crédito a los más pobres.
Los resultados son significativamente superiores a los de Banca Capital. En este caso del programa PMM, a septiembre de 2009 ya tenía una cartera de 900 mil millones con participación de 27 entidades financieras y presencia en 600 municipios del país.
Sin entrar a calificar o a descalificar una u otra propuesta, siempre es conveniente revisar muy bien la forma a través de la cual se realiza una política pública para hacer más eficiente la aplicación de los recursos y tratar de lograr un mayor impacto con los mismos recursos.
La diferencia salta a la vista, el programa PMM multiplica más la inversión pública y señala un derrotero a seguir en ideas como Banca Capital o similares en los que, con algunos ajustes y acudiendo a la experiencia del programa Midas, es posible lograr algo más, sin el inconveniente de Banca Capital, que al ser una entidad pública tiene el riesgo de fomentar más fácilmente una cultura de no pago oportuno.
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