Más plan social
“Hay que pasar más allá, con cifras, pero sobre realidad”
La confrontación entre el Vicepresidente de la República y el Director de Planeación Nacional, al parecer superada, dejó al descubierto el panorama brumoso que se advierte detrás de la economía. Esas nubes están en crecimiento hace varios años, saturadas de teoría, cifras, porcentajes, análisis y promesas.
No se trata de discutir sobre la técnica económica para establecer el verdadero margen de pobreza. Hay que pasar más allá, con cifras, pero sobre realidad, para medir el alarmante índice de miseria que se esconde.
Los sistemas informáticos de Planeación Nacional y el DANE no alcanzan a detectar esa dimensión de pobreza en los principales centros urbanos, porque está probado que los porcentajes totales son producto matemático, sin complemento de interpretación social en el terreno. El reflejo se extiende en cerca de 60 por ciento del país.
Si el vicepresidente Angelino Garzón se convierte en adelante en defensor social, como es su intención, hará un aporte tangible por encima de la discusión y la controversia verbal, para llegar, según las mismas cifras oficiales, a un poco más de 5 millones de personas en extrema pobreza.
Universidades y asociaciones profesionales pueden contribuirle a velar por la calidad de la vivienda de interés social que se construye; instalación de servicios de salud; centros educativos y áreas adjuntas para labores productivas. El problema no es de dinero. Es, por el contrario, un extraño criterio de manejo financiero.
Por ejemplo, la fundación Razón Pública se pregunta en su página semanal, cómo mientras el Gobierno mantiene su alerta sobre la situación caótica en recursos para salud, educación y desarrollo rural, los dineros para estos tres sectores engordan la bolsa de los Títulos Especiales de Tesorería (TES) invertidos por entidades de Gobierno, algunos con vigencia hasta 2016. Bienestar Familiar tiene 500 mil millones de pesos, equivalentes a 43 por ciento de sus activos; Fondo de Seguridad Social (Fosyga), corazón financiero de la salud, tiene inversión por 4 billones y Banco Agrario 6 billones, institución que parece más -dicen- dedicada a la inversión, y no al crédito rural que es su naturaleza. La lista de entidades jugando a los TES es larga. El excesivo ahorro estatal es grave.
El país, con Presidente economista, que ha fijado como objetivo principal erradicar la extrema pobreza, espera que se reduzca de manera sustancial la colocación de dineros en TES, para dirigirlos cuanto antes a sus respectivos rubros de funcionamiento, donde se requieren con urgencia.
Colombia, con un débil plan social, hace una cruda escena de teatro: sonríe ante el mundo, con índices de crecimiento e inversión, mientras el fuego amenaza su casa.