“Una mirada a la situación del vecindario”
Chile es la quiebra del esquema liberal de los “chicago boys”. Decían que había que agrandar la torta de la riqueza y que luego ella por si sola beneficiaría a todos sin necesidad de intervención alguna. Fue el legado de la dictadura de Pinochet. Se omitió a la educación y a la salud como derecho fundamental de los chilenos. La rebelión actual no es atribuible a los comunistas como opinan con facilismo conceptivo algunos. Se trata de un empoderamiento inédito por encima de los partidos. Desde luego esa estrella norte (o sur) es ahora un esquema cuestionado y ya no sirven los balines de plomo con que se reprime.
México es en cambio un caso de entera sumisión real a Estados Unidos, mientras simula autonomía en asuntos políticos adjetivos para posar de izquierdistas. Allí la adicción norteamericana les trasladó el castigar a los proveedores de drogas ilícitas. Un infierno en el que ni siquiera se menciona a los compradores. El noticioso CNN hace efectistas filmaciones sobre “El Chapo” como otrora lo hacía con Pablo Escobar. Pero no dice ni pío sobre los carteles estadounidenses que se benefician cinco veces más que los mexicanos. Esa esquizofrenia conceptiva es también la del gobierno.
Venezuela optó por el esquema de la extinta URSS, quien se desplomó por inoperante y sin disparar un solo tiro, cuando durante años registró decrecimientos del 8% anual. Su lema de igualdad se logró al empobrecer a la mayoría de la población.
Cuba con ese modelo obtuvo un gran éxito al lograr que La Florida, que fue un mediocre estado de la Unión, se convirtiera en el estado de mayor crecimiento relativo de USA. Gracias al millón de emigrantes cubanos que huían del satélite soviético. Ahora Cuba busca con desespero arreglar las relaciones con el imperialismo: su esquema no es viable a la larga. Aunque sea hoy un quiste político como lo es Venezuela en donde hizo metástasis y aumentó el número de pobres en 8 millones. El lema “proletarios del mundo uníos” adquirió un significado más siniestro.
Bolivia evitó el esquema cubano. Evo Morales sacó a casi un 30% de la población de la miseria, generó empleo y enfrentó la doble moral respecto al consumo de estupefacientes. Apuntaló el agro, la industria, el comercio y la minería sin la cual no hay fuentes de trabajo. El Pib superó el 5% anual. Su esquema fue el opuesto al régimen venezolano que liquidó 700 mil empresas pujantes que habían tardado más de un siglo en construirse. Y cuyo salario mínimo es hoy cuarenta veces menos que el de Colombia, país al cual han emigrado millón y medio de venezolanos. Pero eso sí, Morales arrasó con el equivalente al territorio de Suiza en el Amazonas en beneficio de terceros. ¿!Qué!? Como llegó al poder con el auge de los precios de las materias primas a principio de siglo, quiso perpetuarse también en el poder como los otros caudillos de Venezuela, Ecuador, y Colombia.