Las curules que se hundieron en el Congreso quisieron revivir. Se trataba de la momia del conejo; la muestra de que este Gobierno no tiene ningún respeto por la ley y la Constitución. Les parece que se trata de obstáculos formales frente a su propósito: la paz.
Este es el Gobierno de la trampa. Van y vienen las tretas, lo fraudes, la corrupción. Acomodan las normas electorales para beneficiarse en las siguientes elecciones: lo hicieron con el plebiscito y lo querían hacer con la reforma prolífica, que se hundió. Y ni hablar de las elecciones, más de 46 mil millones de Odebrecht que les permitieron robarse las elecciones presidenciales, y el conejo del plebiscito. No les alcanzó la mermelada, las trampas en la ley, la comunidad internacional, les ganamos e igual se robaron el resultado: implementaron los acuerdos negados por los colombianos. Ni para que repetimos lo que significó el fast track; con el que se modificó la Constitución con la facilidad con la que se aprueba una ley estatutaria.
Lo de las curules para las Farc era una nueva trampa. Primero, presentaron un texto que no recogía ni el del Senado ni el de Cámara. Un texto nuevo y lo sometieron a votación. La denuncia de la irregularidad por parte de nuestro senador Honorio Henríquez hizo que pese a haberla votado, tuvieran que cambiarla. La sometieron con el nuevo texto otra vez y tampoco fue aprobada. La ley admite dos votaciones de conciliación, pero eso no impidió que la llevaran una tercera vez. Ahí vino la ya célebre discusión en torno a las la reunión y el quórum.
La ley permite la disminución del quórum por impedimentos y suspensiones de congresistas. Este es que es necesario para discutir y votar un proyecto. Sin embargo, el concepto de mayoría calificada, tal y como lo define el reglamento del Congreso, es mayoría de los miembros, es decir ahí no importa si hay o no impedimentos o congresistas suspendidos. El concepto es claro: de los miembros.
La votación se hizo con un quórum reducido, pero aquello no implicaba que las mayorías requeridas para modificar la Constitución pudieran alterarse. Así lo reconoció el Presidente del Congreso en el primer acto desde hace mucho tiempo que le da un respiro a la confianza en las instituciones.
También mentía el Gobierno al decir que las 16 curules eran para las víctimas. Están diseñadas para que las elecciones tengan en cuenta solo aquellos municipios donde las Farc tiene presencia armada. Así las cosas, ellos iban a tener las 10 curules que les regaló Santos y otras 16 que obtendrían a través del poder armado de las disidencias. Todos sabemos que las Farc dicen que son víctimas del Estado, del régimen, de la injusticia. Y con ese título era que pretendían ocupar las curules de víctimas.
El Centro Democrático propuso y ya está en marcha un proyecto para que esas curules sean para las víctimas de las Farc y otros grupos armados, y que incluyan a los miembros de las Fuerzas Armadas que fueron sujetos pasivos de delitos de lesa humanidad o violaciones al derecho internacional humanitario.