En 1967 salió a la luz un libro titulado “La subversión en Colombia: el cambio social en la historia”. Su autor: el sociólogo barranquillero Orlando Fals Borda (1925-2008). La tesis principal del libro es que a todo orden social se le contrapone una subversión que busca el cambio, generalmente a otro orden social. La tesis podría parecer insulsa y poco original sino es porque está acompañada de una extensa reflexión sobre la historia de Colombia y además de la invitación permanente a fomentar la subversión como un cambio siempre necesario.
Las cuatro ediciones que tuvo dicha obra en vida del autor dan cuenta de su compromiso con sus ideas, algo que sin duda sería de admirar sino es porque hasta el último momento Fals Borda aposto por lo que a su juicio es la plenitud de la subversión: un orden neosocialista. Este objetivo siempre acompañó al pionero en Colombia de una disciplina siempre en crisis como ha sido la sociología, cuya primera facultad se creó en la Universidad Nacional en 1958 justamente de la mano de Fals Borda, quien además murió como presidente honorario del Polo Democrático Alternativo, por ende, fiel a su compromiso con el socialismo.
Pero la promoción abierta de la subversión socialista en Colombia no estaría completa si dejamos de lado al abogado antioqueño Gerardo Molina (1909-1991), incansable promotor del socialismo democrático en Colombia y en cuyo libro “Las ideas socialistas en Colombia” (1987), actualizaba la tesis ya expuesta con el mismo título por Jorge Eliecer Gaitán en 1924 de que los cambios favorables al socialismo en Colombia no solo necesitaban previamente al capitalismo, como sostenía Gaitán, sino la democracia, algo con lo que Molina se buscaba distanciar del autoritarismo de los socialismo vigentes hasta entonces. No podía ser menor el aporte a la subversión de quien fuese asesor de Gaitán, senador, rector de la Nacional y candidato presidencial en 1982, además de maestro de Carlos Gaviria Díaz, futuro magistrado de la primer Corte Constitucional del país que funciono desde 1992 y candidato presidencial del Polo Democrático Alternativo en 2006 contra quien había sido su estudiante, Álvaro Uribe Vélez.
Ni que decir del economista bogotano Antonio García Nossa (1912-1982), ese incansable promotor de una reforma agraria que redistribuya la propiedad de la tierra en Colombia y que dejo expuesto en varios libros: algo que no solo promovió como parte del equipo de Gaitán sino como líder del efímero Movimiento Socialista Colombiano (en el que coincidió con Gerardo Molina), que termino apoyando al gobierno del presidente Rojas Pinilla; este último apoyo que se transformaría en su militancia dentro de la Alianza Nacional Popular (ANAPO), el movimiento político liderado por Rojas y su familia.
A los anteriores perfiles finalmente debemos sumar los de los filósofos paisas Rubén Jaramillo Vélez (1941- ) y Estanislao Zuleta (1935-1990), grandes divulgadores en nuestro país de los pensadores de la Escuela de Frankfurt y los llamados tres maestros de la sospecha como son Marx, Freud y Nietzche: especialmente Jaramillo desde la revista Argumentos, la cual fundo y lidero de 1981 a 1999, y Zuleta en sus varios libros y cátedras sobre pedagogía, psicoanálisis y literatura.
Después de este apretado resumen, no debe sorprender que Leopoldo Múnera, el recién electo rector de la Universidad Nacional de Colombia y genuino continuador de las tesis subversivas de los personajes ya aludidos, tan pronto se posesiono en su nuevo cargo, anuncio un apoyo decidido a una constituyente. Definitivamente la subversión en Colombia ha ido ya muy lejos en constituir el orden “neosocialista” que auguraba Fals Borda…