MARÍA ANDREA NIETO ROMERO | El Nuevo Siglo
Domingo, 18 de Septiembre de 2011

Universidad de los Andes

“Me da lástima que se haya desperdiciado tanto recurso humano”

Soy orgullosamente egresada de la Universidad de los Andes. Entré a la facultad de Economía en el año 1994 cuando era el decano Eduardo Sarmiento y en su discurso de bienvenida nos dijo que en esa facultad se educaban los futuros gobernantes del país. Con seguridad el doctor Sarmiento también se dirigió con palabras similares al curso de Camila Reyes uno o dos semestres después,  y al curso del ex ministro Andrés Felipe Arias.

Y tenía razón el entonces Decano, porque es bien sabido por todos que la gran mayoría de trabajadores del Banco de la República, Planeación Nacional, DANE, son uniandinos.

Hoy como egresada de una facultad de extrema importancia para el país, me da lástima que se haya desperdiciado tanto recurso humano. Las clases de entonces eran muy interesantes, la gente inteligente y con ganas de salir a trabajar. Lo triste del asunto es la forma como los que llegaron a ascender más rápido en el sector público se hayan llevado de por medio el prestigio de las aulas donde fueron educados.

Tal es el caso de Andrés Felipe Arias y su combo de uniandinos-asesores. Cuando Arias salió del Banco de la República, que entre otras cosas le pagó el doctorado de Economía con plata de todos los colombianos en Estados Unidos, para el Ministerio de Agricultura, fueron muchos los uniandinos que se fueron con él. A pesar del genio con que usualmente trataba a sus subalternos y superiores y que era por todos comentado. Entre esos uniandinos se  invitaba a los otros que se quedaban en el Banco para que se fueran de asesores y quienes se negaban los sentenciaban con la siguiente frase, “le va a decir que no al próximo Presidente”. Bienaventurados los que se negaron y se quedaron en el Banco, porque los que se dejaron deslumbrar por el poder, el carro con chofer, el celular pagado con la plata de los impuestos y otras prebendas, están hoy “engrampados”.

Es triste como lo he comentado en otras oportunidades que la inversión que se realizó en este recurso humano haya dado tantas pérdidas. Y es triste que ninguno de ellos/as haya tenido las agallas de denunciar que al Ministerio de Agricultura lo estaban manejando como una tienda de barrio.

Es que de nada sirve hacer regresiones  econométricas a la perfección si en el momento de administrar los recursos públicos, ni Contabilidad Financiera I,  aplicaron.