Derrotar la izquierda no es solo unión política; es seguir los ideales con los que el uribismo ha combatido la corrupción, defendido la libertad, la seguridad y la democracia en Colombia. Son esas banderas las que nos han mantenido del lado de la ciudadanía, lejos de la politiquería, y donde hemos sido la inspiración de que en política si se pueden hacer grandes transformaciones sociales. Hacer coalición con algunos miembros del Equipo de Colombia es traicionar a esos principios y a nuestro electorado.
El Equipo por Colombia nos recuerda la Unidad Nacional. Una coalición creada en 2010 para apoyar a Santos, y con la cual cogobernó el país durante ocho años. Del 2010 al 2014 se perdió el debate político en el Congreso. Reformas constitucionales y leyes ordinarias se aprobaban de manera exprés, sin ningún tipo de contradicción, y sin que nadie estudiara el articulado. Una democracia sin oposición. Solo algunos académicos y periodistas alzábamos la mano frente a las barbaridades que se convertían en leyes, pero ni los medios estaban interesados. Pero la ciudadanía si reclamaba democracia, y no olvidaban el éxito social de los dos periodos de Uribe. El congreso pasó de una aprobación del 46% en el 2009 a una desaprobación del 69% en 2014.
El Centro Democrático, un partido fundado en el 2013, obtuvo más de 2 millones de votos para el Congreso del 2014. El uribismo silencioso había estado cuatro años esperando de nuevo el liderazgo del presidente Uribe. Aun así, la Unidad Nacional tenía el 69% del Congreso, y siguieron usando la politiquería para aprobar sus leyes, pero esta vez con una voz en la oposición, la nuestra, que generaba debate nacional y donde la ciudadanía se sentía representada. En el 2018, regresamos al Congreso y obtuvimos la mayor votación de un partido político con 2,5 millones de votos.
Los uribistas saben que pueden confiar en su partido. Este es el partido de las causas grandes, y tenemos nuestro electorado que no se vende a la politiquería. Hemos ganado elecciones solo con los nuestros, y lo seguiremos haciendo. El uribismo ganó las elecciones presidenciales de 2002 en primera vuelta con el 52,9% y cerca de 5,7 millones de sufragios. Ganó las elecciones presidenciales del 2006, también en primera vuelta, con el 62,5% y más de 7 millones de votos. Ganó las presidenciales de 2010 en segunda vuelta con el 69% y 9 millones de votos. Ganó el plebiscito contra los acuerdos de La Habana en 2016 con el 50,2% y 6,4 millones de votos. Ganó las presidenciales de 2018 en segunda vuelta con el 53,9% y más de 10 millones de votos.
Oscar Iván Zuluaga es un hombre probo con toda la experiencia y la confianza de las bases para liderar este país. Un economista que dirigió la confianza inversionista, la cohesión social y el impulso al sector productivo como ministro de Hacienda durante el gobierno Uribe. Nombrado mejor ministro de Latinoamérica durante la crisis económica mundial del 2008. Un hombre defensor de la seguridad, la libertad y la democracia. Un uribista que obtuvo cerca de 7 millones de votos en las elecciones presidenciales del 2014.
Yo #SoyUribista porque creo en el trabajo con la ciudadanía, la política de opinión y defensa de la democracia. Ganaremos las elecciones de 2022 con la mayor votación histórica.