Este Gobierno se empeñó en decir a los colombianos que ser un delincuente de gran calado, paga, que los criminales de lesa humanidad no tienen que ir a la cárcel, que los delitos cuando el Estado no puede con una organización criminal, es mejor amnistiarlos.
Este mal mensaje ha sido tan poderoso que tapó el buen mensaje que debería imperar en nuestra sociedad y que tuvo un buen paso con "Ser pilo paga" (SPP).
Este programa ha ofrecido 10.000 becas crédito anual para que los mejores estudiantes de los estratos más bajos puedan escoger la universidad que ellos quieran. La esencia de la educación pública no es si el Estado regenta la institución, sino la posibilidad de que cualquiera pueda acceder a ella. Cabe destacar que las Universidades privadas que hasta ahora concentran los estudiantes de SPP, son fundaciones sin ánimo de lucro (realmente).
El poderoso mensaje de que quien se esfuerza tiene acceso a oportunidades significativas, se complementa con un resultado aún más valioso: SPP contribuye a acabar la segregación y la fragmentación social que caracteriza nuestra sociedad. Los niños van a colegios y universidades públicas o privadas donde los demás son iguales a ellos, y no tienen contacto con miembros de la sociedad con otras características.
Vivimos tan separados que hay una realidad para cada grupo y difícilmente se encontrarán unos con otros. El clasismo, el racismo y la discriminación comienzan ahí. Que las universidades puedan tener todos los estadios sociales y todos esos individuos se encuentren y puedan interactuar, conocerse, ser amigos y enamorarse constituye la posibilidad de construir una sociedad real, un colectivo, una identidad nacional que supere los miles de países en los que estamos rotos.
Algunas cifras interesantes al respecto presenta Juliana Londoño en un artículo de difusión de Foco Económico de junio de 2016. El estudio se enfoca en una universidad de "élite" cuyos cohortes de 2013 y 2014 estuvieron compuestos en un 30% y 40% por estudiantes de SPP, dando lugar a que la fracción de estudiantes primíparos de estratos 1 y 2 se cuadruplicaran de 2013 a 2015, pasando de 7,1% a 27,3%.
El estudio muestra que seis meses después de ingresar a la universidad, el 29% de estudiantes de estratos 4 a 6, tiene un becario de SPP entre sus cinco amigos más cercanos y el 34% entre sus cinco compañeros de estudio. Los grupos de amigos son ahora más heterogéneos, rompiendo los enclaves que en Colombia tradicionalmente construye el dinero.
Debemos avanzar hacia una integración social, la cual se logra por medio de verdaderos bienes públicos, es decir bienes públicos de muy alta calidad a los que todos tengamos acceso, y en cuya utilización nos encontremos y nos reconozcamos. Los niños colombianos merecen la oportunidad de ser educados como iguales, y sobre todo, juntos. Por ejemplo podríamos construir colegios públicos de altísima calidad para que muchas familias que hoy en día optan por colegios privados, escojan el sistema público. ¿Y qué tal un SPP para los colegios? Una sola Colombia para todos debe ser nuestro sueño.