“Entronizaron vías de hecho como herramienta”
El 27 de junio de 2018, Gustavo Petro notificó que las fuerzas políticas que lo acompañaron se constituían en resistencia al nuevo gobierno, sugiriendo una oposición que se escenificaría, no ya en el Congreso, sino en las calles de pueblos y ciudades y en las vías del país. Con la escogencia de ese escenario para vengarse de una derrota que su ego no soportaba, pretendió entronizar la movilización permanente de organizaciones de izquierda con experticia en lo que denominan, con cierto eufemismo, protesta social. No ignoraba que, al amparo del acuerdo con las Farc, de la condescendencia del gobierno anterior, y de la complicidad lograda con abundante mermelada, se extendió un manto de impunidad sobre toda acción delictiva que se consumara en el curso de la protesta social. Entronizaron las vías de hecho como herramienta de oposición y le confirieron una legitimidad que repudia cuando se torna violenta.
Y así procedieron. Primero fueron los estudiantes del sector publico educativo, cuyas movilizaciones fueron siempre acompañadas de infiltraciones de sectores vandálicos y de acciones delictivas contra los agentes de la Fuerza Pública, sin que dieran lugar a investigaciones judiciales. Luego, los consabidos afiliados a Fecode, a manera de calentamiento de posteriores movilizaciones, y ahora los indígenas, con exigencias que desbordan ampliamente sus reclamos sectoriales y se tiñen del evidente interés político de sembrar caos y ejercer violencia para intimidar al gobierno nacional.
Es la práctica de la vieja fórmula del uso de todos los medios de lucha, macabra estrategia que siempre se ha traducido en odios y muerte. Mañana, serán los campesinos burlados por Juan Manuel Santos, y después los cocaleros empoderados por las organizaciones criminales del narcotráfico, para hacer invivible al país, debilitar al gobierno y demoler las instituciones democráticas. Constituye un levantamiento de la oposición contra el Estado Social de Derecho, conducido por una minoría que se vale de descontentos sectoriales para alcanzar sus objetivos. De tener éxito, será el final de las libertades y el principio de la autocracia.
No sorprende el apoyo del gobierno de Venezuela a las protestas indígenas, como lo denuncia la revista Semana. De acuerdo con esta información, el Consejo de Defensa de la Nación de Venezuela recomienda al sátrapa Maduro apoyar las mingas para “-Que se conviertan en protestas que afecten la gobernabilidad de Colombia” y abran “…otro frente de conflicto a Duque para evitar que se siga involucrando en los asuntos internos de Venezuela”.
El Gobierno restablecerá el orden, sin el cual no hay convivencia pacífica, y actuará con decisión en salvaguarda de los intereses de Colombia y de su democracia; y los colombianos debemos cerrar filas alrededor del presidente, de nuestras libertades y de nuestra soberanía.