El proceso de globalización ha sido la constante de los últimos quinientos años en la actual economía. Lo fue también en el imperio Romano desde Julio César que logra asegurar el mar Mediterráneo, medio natural de comercio, desde Egipto a Bretaña, y de Sicilia al África. Europa giro en torno de ese mar otros quince siglos, hasta Colón. Entonces la importancia se desplazó al océano Atlántico. Base de la riqueza del imperio inglés que desplazó a España, y de Estados Unidos que desplazó a Europa. En el siglo XX y el XXI, el Océano Pacífico, fue el epicentro de conflicto japonés- estadounidense. Ahora Trump minimiza esa victoria, cuestiona los tratados de comercio entre los países con costas en ese mar, dejándole la iniciativa a China.
Vale decir U.S.A. dimite de su liderazgo tras sólo un siglo de preponderancia mundial. Y en cuanto al Japón que se ha negado a tener ejército desde su derrota, le aconseja que haga bombas atómicas para defenderse. Da por descontado que será su perpetuo aliado, Olvidó Pearl Harbour. Y acepta tácitamente que el futuro del planeta se le salió de las manos.
Favorecer a Rusia a costa de Europa y en detrimento de su propia influencia en el Oriente Medio, indica que ya Washington no quiere ser el policía mundial, o que no puede serlo. Con todo, es una dimisión. Quizás sienta que ya no necesitará el petróleo árabe, y va a retirarse tras las pírricas victorias en: Irak, Afganistán, Libia, y Siria, que lo han dejado sobre endeudado.
Tenemos un nuevo realineamiento mundial en el que Europa jugará un papel en declive, Rusia consolida sus antiguos dominios, y China su auge expansivo. Eso debilitaría a la Otan, y lo curioso es que el nuevo ministro de defensa de Trumph, fue director de ella.
América latina le importar poco, usa a sus emigrantes como chivos expiatorios de la hiperconcentración de la riqueza, talón de Aquiles del capitalismo mundial.
Si logra extorsionar a México a pagar por el muro billonario, vía las remesas, creará un conflicto con toda la región incluyendo a Colombia, y con el sistema financiero y el Derecho Internacional. También es posible que no cumpla sus amenazas.
La tendencia milenaria de la globalización, Internet, el propio partido Republicano, las fuertes instituciones, un pueblo luchador y armado (como él prefiere), unos odios raciales irritados, y una mayoría de personas en su contra en un partido Demócrata radicalizado, lo retarán. Pero ¿detendrán el declive?