WILLIAM VILLEGAS OROZCO | El Nuevo Siglo
Jueves, 22 de Septiembre de 2011

S.O.S. por páramos

“Familias guardabosques, alternativa válida pero no suficiente”

Los  páramos son ecosistemas únicos, naturales, frágiles, en vía de extinción, muy vulnerables a la intervención humana, afectados en Colombia por falta de políticas eficientes para frenar su desaparición, a pesar de la inexorable partida de defunción evidenciada por el calentamiento global. Los páramos se encuentran en muchas partes del mundo, Colombia tiene el 49% de ese inventario, un privilegio que desaprovechamos. En el país están localizados en toda la cordillera andina y la Sierra Nevada de Santa Marta, pero es el departamento de Boyacá el que alberga el mayor número de ellos.

Los páramos son estratégicos para la biodiversidad, sin embargo, siguen siendo los más amenazados en el país por actividades como la extensión de la frontera agrícola, deforestación y la minería; adicionalmente, explotaciones como la caza de dantas, osos (osos de anteojos en vía de extinción), venados y cóndores, hoy con repoblamiento para frenar su extinción, tal es el caso del Cóndor de los Andes, una especie realmente hermosa que estará en un futuro sólo registrada en nuestro escudo de armas.

Aunque la principal amenaza de los páramos es el cambio climático, contra lo cual se sigue haciendo muy poco en el país, lo que pasa en los ecosistemas contiguos o del trópico subandino también afecta su mantenimiento. Las quemas y el uso de glifosato los sigue deteriorando.

Los páramos cumplen funciones de regulación del agua, su desaparición por la deglaciación, como es el caso del Nevado del Cocuy, la mayor masa de hielo del mundo con un deshielo de 17 metros de superficie / año, y la Sierra Nevada, es una de las razones por la cual se está afectando más la región andina, como se ha evidenciado en los últimos inviernos donde los desastres naturales se multiplicaron en departamentos andinos como Cundinamarca y Boyacá.

La ganadería y la agricultura extensiva y el monocultivo de papa como se usa en Boyacá, Nariño, Cundinamarca y Antioquia, los mayores productores de papa del país, siguen amenazando y alterando estos ecosistemas, al promover la desaparición de cobertura vegetal natural y la contaminación con pesticidas y fertilizantes químicos en las áreas que interviene la población cada vez con mayor agresividad.

Las familias guardabosques son una alternativa válida pero no suficiente, se requiere mayor articulación de entes territoriales y comunidades. El problema no es de las corporaciones del Ministerio del Medio Ambiente, es un caso de supervivencia, de las ciudades, de la población actual y de nuestros nietos quienes según reportes del Ideam, se perderán de presenciar el majestuoso espectáculo de los páramos y la biodiversidad animal y vegetal de la producción de agua.