LA CATEDRAL de París tiene más de 860 años, y tanto el Gobierno como la Iglesia católica francesa se mostraron unánimes en preservar al máximo las señas de identidad exteriores del templo.
Pero de puertas adentro, tras numerosas consultas artísticas e históricas, se optó por la renovación y tras el voraz incendio en 2019, reabrirá al público el 8 de diciembre próximo con un mobiliario moderno y un vestuario litúrgico totalmente rediseñado.
Vestuario de Castelbajac
El vestuario de los sacerdotes, diáconos, obispos y del arzobispo de París ha sido diseñado por el estilista Jean-Charles de Castelbajac, de 74 años, que se inspiró en la inmensa cruz de oro del coro de la catedral.
Las casullas blancas ostentarán la gran cruz dorada en la parte delantera, junto a otras más pequeñas y de distintos colores. En la parte posterior esos colores se repiten como destellos.
El mobiliario es de bronce, sobrio, diseñado por Guillaume Bardet. Está compuesto por sillas, un baptisterio, un altar, un ambón (atril), el sillón de obispo y el tabernáculo. Será instalado en noviembre.
Guillaume Bardet también diseñó los objetos litúrgicos: incensarios, cálices y la jarra utilizada para lavar las manos del sacerdote.
La Corona de espinas de Jesucristo estará depositada en un nuevo relicario, una gran circunferencia dorada y de cristal instalada encima de una pared de madera de cedro, todo ello diseñado por Sylvain Dubuisson e Ionna Vautrin ha diseñado las sillas para los fieles, entre 1.500 y 2.000, hechas de roble claro, así como los bancos y los reclinatorios.
Las capillas han sido limpiadas y los colores de los murales prometen ser espectaculares, según pudo entrever la AFP en una reciente visita al lugar de las obras. Para iluminar las paredes se ha optado por “seis vitrales contemporáneos” en la parte sur de la catedral, explicó a la AFP el rector de Notre Dame, Olivier Ribadeau Dumas.
Los autores de esos vitrales deben ser elegidos en breve entre 110 candidaturas. También se instalarán “siete nuevas tapicerías encargadas al Mobiliario nacional”, añadió.
“Una experiencia espiritual”
Después de la reinauguración, se prevé que visiten la catedral unos “15 millones de turistas al año, en lugar de los 12 millones antes del incendio de abril de 2019, según el rector. El objetivo es que vivan "una fuerte experiencia cultural y espiritual”.
Para los carteles dentro del templo se han previsto tres lenguas, francés, inglés y español. El órgano está casi listo para ser reinstalado.
La parte superior y posterior del templo aún está recubierto por los andamios, pero Notre-Dame ya cuenta con buena parte de las vigas de madera maciza que conforman la estructura del tejado, su aguja y el gallo de cobre recubierto de oro que la corona.
Notre-Dame puede recibir hasta 40.000 personas por día, lo que representa el doble de Versalles y 10.000 personas más que el museo del Louvre, asegura la diócesis.