El aeropuerto de Barajas en Madrid por estos días parece un verdadero hormiguero. Gentes de todas partes tratando de buscar abordar para ir al Mundial. Es fácil encontrar en una fila gente de Argentina, Uruguay, Venezuela, Perú, Ecuador, Bolivia, Chile y lógico Colombia, todos en busca de sus selecciones que poco a poco se han ido concentrando en las diferentes sedes en Rusia. Algunos para conseguir tiquetes a mejor precio viajan a Miami con el pretexto de salir de vacaciones con la familia, pero todos quieren ir tras su equipo del alma.
En el aeropuerto de Eldorado, colombiano que se respete debe llevar la camiseta amarilla y la bandera, eso sí, bien doblada porque la ilusión es traernos el título.
Pero cuando hacen las cuentas de cómo llegar a una final, hasta ahí la ilusión, porque para alcanzar esas instancias hay que dejar en el camino a Polonia, Senegal y Japón en primera vuelta y luego dependiendo del puesto podríamos chocar con Bélgica o Inglaterra y si pasamos, los rivales podrían ser los dos súper favoritos Brasil o Alemania.
Detalles tan insignificantes pero importantes es que a usted en Barajas o Barcelona no le reciben dólares, solo euros, así es que si esta pensando en venir, no compre los billetes del ‘Tío Sam’, vaya rapidito y cámbielos por euros, son un poco más costosos, pero el Mundial lo amerita.
La camiseta de Colombia cuesta 50 euros, hoy, pero con el transcurrir de los partidos y dependiendo cómo le vaya, el valor será mayor, pero si la cosa no funciona se va devaluando poco a poco.
Dos uruguayos que hacía más de tres horas estaban por abordar el vuelo que los llevaría a Moscú discutían cómo su equipo podría llegar a la final y no les cuadraba por muchas razones, pero mientras tanto cerveza iba y cerveza venía, el más veterano le dijo al joven: lo único cierto es que esto nos produce sed, no de goles sino de cerveza.
El calor del mundial está por todos los rincones de España, aquí no importa que el presidente sea socialista y que la democracia en estos momentos esté arrinconada, lo más importante es que la ‘Roja’.
*Enviado de EL NUEVO SIGLO a Moscú