Un mejor entorno de la renta petrolera es decir mejores exportaciones de crudo a mejor precio, le significarán al país ingresos entre que podrían pasar de 0,6% a 1,2% del Producto Interno Bruto, PIB. Esto le significaría al país recursos aproximadamente de $11 billones. No se debe olvidar que por cada dólar de incremento en el precio del petróleo esto le representa al país un año después ingresos fiscales por $350 mil millones. De allí que mayores precios hoy mejoran escenarios fiscales 2019.
En efecto, en el Marco Fiscal de Mediano Plazo, (MFMP) el Gobierno prevé que la cifra prevista para 2018 es superior en 0,3% del PIB observada el año pasado, gracias a la recuperación experimentada por las cotizaciones internacionales del crudo. Precisamente el aumento de más de 30% en el precio estimado del Brent en 2018 será uno de los factores clave detrás del repunte que está contemplado el próximo año.
Según las autoridades, el otro factor clave detrás del aumento en la renta petrolera son las ganancias en eficiencia por parte de las empresas del sector, dado el proceso de reajuste que desarrollaron a partir de la caída de los precios entre 2014 y 2016.
Vale la pena resaltar que la composición de la renta en 2018 y 2019 será distribuida casi en partes iguales entre los ingresos tributarios provenientes de las compañías del sector, y los dividendos girados por Ecopetrol a la Nación.
Señala el gobierno que a partir de 2020 el MFMP asume que los ingresos petroleros se mantendrán entre el 1,2% y el 1,3% del PIB. Este nuevo rango de mediano plazo implica un alza importante frente a lo contemplado en el MFMP 2017, y por lo tanto es un determinante fundamental en el desempeño de las finanzas de la administración central en el mediano plazo.
Asimismo, el Ministerio de Hacienda ha afirmado que esta es una proyección conservadora, ya que es menor al promedio observado en años anteriores. A pesar de ello, esta senda no luce coherente con las proyecciones de producción y precios. De un lado, los precios en términos nominales tienden a decrecer paulatinamente, con lo que su aporte a los ingresos como proporción del PIB debería ser menor.
Por su parte, el escenario central de producción de crudo de las autoridades se reduce en una tercera parte entre 2020 y 2027, lo que también debería reducir el monto de la renta petrolera. De modo que para que este escenario de renta petrolera fuera factible tendría que ocurrir una depreciación sostenida y significativa del peso, o ganancias en eficiencia recurrentes en las compañías petroleras.
Las cotizaciones
Con excepción de 2018 y 2019, las cotizaciones proyectadas para el crudo fueron revisadas a la baja. En el MFMP 2018 se emplean los ajustes aprobados por el Comité Consultivo de la Regla Fiscal. En lo que respecta a los precios de largo plazo, el Comité aumentó levemente los precios desde 2019 hasta 2021, y redujo las cotizaciones proyectadas a partir de 2023 hasta US$66 para 2029, frente a nivel de US$70 que se contemplaba el año anterior.
Con respecto a las proyecciones año a año, en el MFMP 2018 el precio estimado para 2018 se elevó de US$65 que determinó el Comité a US$67. Por su parte, los precios proyectados a partir de 2019 son los mismos del escenario de largo plazo, tal como lo recomendó el Comité Consultivo. Esta recomendación, que se efectuó dada la incertidumbre sobre el comportamiento de los precios del crudo en el largo plazo, supone que no habrá espacio de déficit contracíclico por componente petrolero en los años siguientes. Además, para 2019 el precio observado estará por encima del de largo plazo.
De otro lado la senda de producción proyectada presenta mayores fluctuaciones que en 2017. El MFMP 2018 supone una aceleración sostenida de la producción de crudo desde ahora hasta 2020, año en el que es 106 mil barriles diarios superior a lo estimado el año pasado. Sin embargo, a partir de ese punto se disminuye significativamente, hasta un poco más de 614 mil barriles en 2029.
Esto contrasta con la perspectiva estable que se contemplaba el año pasado. Vale la pena mencionar que las autoridades mencionaron que esta senda fue suministrada por la Agencia Nacional de Hidrocarburos y que, pese a que fue recientemente ajustada al alza, resolvieron mantener el escenario anterior por prudencia. Sin embargo, el aumento previsto hasta 2020, el cual tiene un efecto directo sobre la renta petrolera, no parece muy factible a la luz de nuestros escenarios centrales y difícilmente puede calificarse como una visión conservadora. Además, la fuerte reducción de la producción en el mediano plazo no refleja el aumento reciente y previsto de inversión en el sector.
Déficit
Este año el déficit del Gobierno Nacional Central, (GNC) se reducirá en 0,5% del PIB. Se espera que tras cerrar 2017 en -3,6%, el déficit del GNC corrija y se ubique en -3,1% como proporción del PIB. La conjunción entre el panorama energético y el ciclo económico dan como resultado un déficit cíclico de 1,1%. Esto es consecuencia de un crecimiento económico esperado de 2,7% en 2018, tasa que se revisó a la baja desde el 3,5% planteado en el MFMP 2017. Dado que el crecimiento potencial se revisó a la baja, el ciclo económico permitido para 2018 representa 0,5% del PIB. El 0,6% restante corresponde al déficit energético.
El déficit estructural permitido para 2018 es 1,9%. Al agregar este con el estipulado anteriormente para el déficit cíclico, da como resultado la meta de balance de - 3,1% del PIB para el GNC en 2018. En términos absolutos, esta cifra comprende $30,4 billones, repartidos en $11,1 billones para el déficit cíclico y $19,3 billones para el déficit estructural.
Vale la pena mencionar que en términos de ingresos, el MFMP 2018 espera que totalicen $150,2 billones, en tanto que los gastos sumarían $180,6 billones.