Los productos congelados han registrado un alza en la demanda en el último año como resultado del aislamiento desde la pandemia. Según cifras de Euromonitor, el mercado de alimentos congelados del país pasó de 173.600 millones de pesos en 2019 a 189.500 millones en 2020.
Las cifras anteriores no fueron ajenas para Divali, una empresa tradicional y familiar, que ha pasado por dos generaciones. Durante la pandemia en Divali descubrieron la importancia de avanzar del B2B al B2C, creando una estrategia que les permitiera dar el salto del cliente industrial al consumidor final, apalancada en el comercio electrónico, las redes sociales y un relanzamiento de marca a nivel digital poderoso a través de su página web.
Para Catalina Díaz, directora comercial de Divali, quien hace parte de la segunda generación, el confinamiento se convirtió en una oportunidad maravillosa. “En medio de la pandemia y pensando en cómo se podían sentir las personas en casa, sin posibilidad de ir a diferentes lugares a tomarse un café con un pastel de buena calidad y hecho con amor, decidimos sacar una promoción por redes sociales para que pudieran tener a Divali en casa; sacamos una caja con productos de hojaldre congelado, que nos permitieron generar ese vínculo emocional, que en una época tan difícil se necesita, y fue todo un éxito".
"Gracias a la experiencia vivida, nos dimos cuenta de la importancia de acercarnos más al consumidor final y decidimos apostarle a lo digital con canales claves como el comercio electrónico, el desarrollo de las redes sociales y renovando nuestra marca por una más moderna”, agregó la hija de Hernando Díaz e Inés Vargas, fundadores de la marca.
Con la reactivación económica en marcha llegan expectativas importantes. Una de las grandes expectativas para el 2022 es la de poner en marcha un interesante plan de exportación a países como Australia, Estados Unidos y Centroamérica. Hoy la compañía cuenta con el sello ProColombia, busca certificarse en Haccp (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control), sistema que es utilizado por la Administración de Alimentos y Drogas, y busca garantizar la seguridad de los procedimientos y de los productos.