El presidente francés, Emmanuel Macron, recibió este viernes a los líderes de la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP), en la primera de sus difíciles consultas para nombrar a un nuevo gobierno casi dos meses después de las elecciones legislativas.
Francia se encuentra en un limbo político desde los comicios del 30 de junio y 7 de julio, en los que el NFP terminó en primer lugar con 193 de los 577 de la Asamblea (cámara baja), pero lejos de la mayoría absoluta de 289.
"Estoy dispuesta a construir coaliciones, a debatir con las demás fuerzas políticas para tratar de encontrar una vía para garantizar la estabilidad del país y responder a las necesidades urgentes" de los franceses, dijo la candidata de la izquierda a primera ministra, Lucie Castets, tras el encuentro.
El NFP, formado por socialistas, comunistas, ecologistas y el partido de izquierda radical La Francia Insumisa (LFI), pide a Macron que les encargue formar gobierno, pero no es seguro que el mandatario de centroderecha lo haga tras su ronda de contactos en el Palacio del Elíseo en París.
A diferencia de los países de su entorno, donde el poder de los jefes de Estado es más bien protocolario, Francia cuenta con un régimen semipresidencial desde 1958 y Macron, cuyo mandato termina en 2027, comparte el poder ejecutivo con el gobierno, que puede ser de otro color político ("cohabitación").
Aunque es el único nombre sobre la mesa, Macron ha rechazado hasta ahora designar a Castets, sobre quien planea una rápida moción de censura del oficialismo y de la ultraderecha, y le pidió a su primer ministro, Gabriel Attal, continuar en el cargo durante los pasados Juegos Olímpicos de París.
El rechazo de nombrar a "un primer ministro de una coalición que llegó en cabeza" se asemeja a "un golpe de Estado", aseguró el líder comunista Fabien Roussel. El jefe de Estado "debe aceptar su derrota", abundó el líder de LFI, Manuel Bompard, antes del encuentro.
Difíciles mayorías
Lograr una mayoría absoluta se anuncia difícil con la nueva cámara baja. Más allá del NFP, la alianza de Macron obtuvo 166 diputados, seguido del partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN) y sus aliados (142) y del partido de derecha tradicional Los Republicanos (LR, 47).
Además, la izquierda y el RN quieren derogar la última reforma de las pensiones, una de las políticas clave de Macron; ningún partido quiere aliarse con la extrema derecha, y LR, que apoyó al oficialismo en sus leyes clave de la pasada legislatura, rechaza un gobierno de coalición.
Pero la presión aumenta sobre el presidente de 46 años, quien conmocionó a Francia con el inesperado adelanto electoral de las legislativas previstas en 2027 para pedir una "aclaración" a los electores tras la victoria de RN en los comicios europeos.
Macron no puede disolver de nuevo la Asamblea hasta julio de 2025, pero la presentación de los presupuestos para el próximo año, que deben llegar al Parlamento en octubre, fija un límite temporal para reemplazar el actual gobierno en funciones.
La líder ecologista Marine Tondelier, quien criticó "una forma de obstrucción", le pidió una decisión para el "martes", tras las consultas que incluyen este viernes al oficialismo y a LR, y el lunes a los ultraderechistas Marine Le Pen y Jordan Bardella.