ANTE los mandatarios miembros del Brics, Argentina en calidad de invitado especial, expondrá hoy las razones que quiere ingresar a dicha organización de economías emergentes conformada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
En un escenario global tenso por la guerra en Ucrania, esta cumbre anual será telemática por el repunte de covid en algunas partes del mundo. La cita, que se prolongará por dos días, tiene como eje “fomentar una asociación Brics de alta calidad y marcar el comienzo de una nueva era para el desarrollo global”. Entre tanto, la salud pública y la cooperación en vacunas son las áreas priorizadas por China, el presidente del bloque y de la 14 cumbre de jefes de Estado y de gobierno.
Sin embargo, la guerra en Ucrania, que ha provocado intentos del Norte Global de aislar a Rusia, no figura en la agenda.
China solicitó formalmente a los otros miembros de Brics considerar la posibilidad de expandir el grupo, pero sin nombrar candidatos específicos.
La propuesta fue aceptada, de acuerdo a un comunicado conjunto de todo el bloque, en el que los países no establecen plazos y piden revisar los procedimientos necesarios antes de avanzar.
En la cumbre de cancilleres de Brics celebrada en mayo, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, envió una carta en la que resaltó al grupo como “alternativa de cooperación frente a un orden mundial que viene funcionando para el beneficio de unos pocos” y resaltó que los intereses de la nación austral se alinean con los del bloque.
La adhesión de Argentina sería la segunda vez que el bloque agrega a un nuevo miembro desde que Sudáfrica se unió en 2010, después de la cumbre celebrada en Rusia. Otros países como Indonesia también han sido mencionados como posibles nuevos miembros, lo que ampliaría todavía más este grupo de potencias emergentes del Sur Global.
“Argentina ve su futuro no en la Vieja Europa o en el Atlántico Norte, sino en el Nuevo Sur, encarnado en los Brics, y cuyo núcleo está en Asia-Pacífico”, sostuvo Jorge Heine, investigador de Boston University, en una columna para el Global Times de China.
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La posible expansión
El interés de Argentina no es nuevo. Desde 2015, primero con la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y luego con el ex presidente Mauricio Macri, el gobierno resaltó su deseo de formar parte del grupo de los Brics. Sin bien no se avanzó más allá de declaraciones, especialistas coinciden en que el escenario actual es distinto.
Esteban Actis, investigador de la Universidad de Rosario y doctor en relaciones internacionales, sostuvo que ante la invasión de Rusia en Ucrania es probable que se produzca una fragmentación de la gobernanza, con un menor peso de espacios como el Grupo de los 20 (G20) de grandes países industriales y emergentes.
Ante ello aparece el deseo de China de ampliar Brics para darle más robustez al bloque y sumar nuevos países emergentes.
“Siempre fui bastante escéptico sobre la posibilidad de que Argentina se sume, pero los cambios en el escenario internacional pueden posibilitar que eso suceda y de que haya una ampliación”, agregó Actis. “A ello se suma el apoyo de Brasil y del gobierno de Jair Bolsonaro, anteriormente reticentes a expandir el bloque”, dijo.
Fuentes diplomáticas sostuvieron a la agencia estatal de noticias Télam que el proceso de adhesión será “largo”, pero que el gobierno ya había recibido comunicaciones no oficiales de compromisos de Brasil, China e India. Sumar un nuevo país a los Brics requiere el consenso pleno de todos los miembros, lo que lo vuelve más complejo.
El grupo Brics se formó en 2009 como un foro de cooperación económica y comercial entre las principales economías emergentes del mundo en ese momento, con el objetivo de ser un contrapeso a las organizaciones financieras y comerciales internacionales encabezadas por los países occidentales, especialmente Estados Unidos.
El bloque se posicionó en ese entonces como una fuerza poderosa en la economía global, con el potencial de cambiar significativamente el orden mundial actual. Sin embargo, el escepticismo hacia el progreso del bloque es generalizado, incluso con sus más entusiastas partidarios cuestionando la falta de avances en políticas sustantivas.
Para Julieta Zelicovich, doctora en relaciones internacionales y también docente en la Universidad de Rosario, la heterogeneidad del bloque vuelve dificultosa su ampliación.
Si bien China y Brasil pueden estar de acuerdo en sumar a Argentina por sus intereses con el país, ese no sería necesariamente el caso de Sudáfrica, India o Rusia, sin incentivos claros para ampliar el bloque, agregó.
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En búsqueda de financiamiento
Una posibilidad quizás más sencilla para Argentina sería sumarse al banco de los Brics, el llamado Nuevo Banco de Desarrollo (NDB, en inglés). La adhesión se puede dar sin necesariamente ser un miembro de Brics, tal como es el caso de Uruguay, Emiratos Árabes Unidos y Bangladesh, los más recientes en sumarse al NDB.
“El NDB sería un espacio interesante para Argentina y coincide con la idea del gobierno de participar en organismos financieros alternativos”, sostuvo Zelicovich.
Argentina se encuentra atravesado por una crisis económica y de deuda soberana, con escasas reservas monetarias en su Banco Central y un limitado acceso a fuentes de financiamiento. Ello ha frenado la expansión de sus parques de energía solar y eólica, necesarios para una transición energética, entre otros proyectos.
El ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, sostuvo que promoverá a Argentina como candidato para sumarse al NDB, luego de una reunión en abril con su par argentino Martín Guzmán. Para Guedes, la adhesión de Argentina permitiría una mayor integración entre las dos economías, especialmente en energía y agricultura.
Desde su creación en 2014, el NDB ha aprobado cerca de 80 proyectos en todos sus países miembros, por un total de 30 000 millones. Los proyectos en áreas como transporte, agua y saneamiento, energía limpia, infraestructura digital, infraestructura social y desarrollo urbano están dentro del alcance del banco.
Federico Vaccarezza, profesor de Relaciones Económicas Internacionales de la Universidad Austral, sostuvo que la adhesión al NDB significaría una nueva vía de financiamiento para Argentina, especialmente en infraestructura energética. “Ante un escenario de falta de dólares en el país, el NDB representa una oportunidad”, agregó.
Así como la posible membresía del NDB, Argentina se incorporó en 2020 al Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII, en inglés), un banco de desarrollo creado en 2015 por iniciativa de China.
Uno de los objetivos originales del AIIB era apoyar la construcción de infraestructura en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China (Bri, en inglés), a la que Argentina se unió formalmente este año cuando Fernández visitó Beijing.