Políticamente obsceno
Como no me consta que haya habido trampa en las elecciones vecinas, me abstengo de bautizar esta columna “El fraude de Maduro”... Pero se percibe un patético hedor: el de un montón de piratas atrincherados en su fortín, craneando (tienen más cráneo que cerebro), cómo robar un resultado, pellizcar números y desaparecer ciertos votos mientras inflan otros, como globos llenos de gas venenoso.