Columnistas | El Nuevo Siglo

Prólogo

 

El tema rural se ha tratado en esta columna por ser un factor fundamental en la solución del conflicto interno armado y basta recordar que las Farc fueron, en su origen, una guerrilla campesina y tal naturaleza se mantiene; inclusive el Eln, aunque ambos grupos tienen proyección urbana, actúa prioritariamente en el campo.

¡Vamos por el TLC con Costa Rica!

 

El pasado 3 de agosto finalizó en Bogotá la primera ronda de negociación del Tratado de Libre Comercio entre Costa Rica y Colombia, tratado en el cual los mandatarios de ambos países tienen grandes expectativas.

El gran trueque

 

Partamos de un postulado claro: Todos queremos la paz en este país. Bueno, salvo los vendedores de armas, munición y equipo militar, y esto dándole el beneficio de la duda a los defensores de la teoría del caos, digamos que la mayoría preferimos vivir respirando tiempos de paz que escuchando tambores de guerra.

Con el pie izquierdo

 

A pesar de considerar que el diálogo es un paso fundamental para lograr el fin de cualquier conflicto, sospecho que las Farc nuevamente inician estos acercamientos con el pie izquierdo, y si algo debemos hacer es bajar nuestras expectativas frente al resultado.

No es la de 1964

 

En  1964 éramos un país de 17 millones de personas, con una familia de casi 5 miembros en la casa, la edad promedio de la población era de 22 años; el analfabetismo rondaba 15%, la cobertura en salud y de educación no llegaba a 30%.

 

Los diálogos de la paz

 

El presidente Santos ha sido severo al anunciar el “Acuerdo General para la Terminación del Conflicto”, firmado entre el Gobierno colombiano y las Farc. Ha jugado duro y, a pesar de lo proceloso del camino, ha asumido toda la responsabilidad sobre el resultado de los diálogos. Eso hace inevitable que se asocie el éxito de estos con la reelección presidencial.

Esto arrancó

 

El país, con contadas excepciones, ha respirado profundamente al conocer la iniciación de los diálogos con la guerrilla para encontrar, lo antes posible, la anhelada paz que todos esperamos, tras más de cincuenta años en pie de guerra y con millones de compatriotas asesinados y despojados de sus tierras y bienes.

Mesa sin víctimas es inestable

 

Una mesa de diálogos de paz con las Farc sin presencia de las víctimas, en el llamado “tiempo de sus derechos”, no tiene estabilidad democrática.