Columnistas | El Nuevo Siglo

El derecho a morir dignamente

 

Viene tomando espacio  en el país y en el mundo entero la reflexión sobre  el derecho que le asiste a toda persona de morir  dignamente.

Males de la reelección

 

Toda reelección es perniciosa

¿Cómo pretendían ganar los partidarios de Henrique Capriles en Venezuela, si el presidente Chávez tiene en sus manos la totalidad del poder?

¿Cómo podrían haberle ganado Horacio Serpa o Carlos Gaviria al presidente Álvaro Uribe, con el inmenso poder del cual disponía en 2006?

Negociaciones de paz, un campo minado

 

Las negociaciones de Paz entre el Gobierno colombiano y las Farc, que están por comenzar en Oslo, son un verdadero campo minado sobre el cual los negociadores del Gobierno deben andar con mucha atención y cuidado para que no les exploten en la cara y los dejen desmembrados.

Negociaciones de paz, un campo minado

LAS  negociaciones de Paz entre el Gobierno colombiano y las Farc, que están por comenzar en Oslo, son un verdadero campo minado sobre el cual los negociadores del Gobierno deben andar con mucha atención y cuidado para que no les exploten en la cara y los dejen desmembrados.

Denúncielos

 

El superintendente de Industria y Comercio, Pablo Felipe Robledo, tendrá que seguir actuando con firmeza y objetividad para castigar a tanto negligente que gusta de violar la ley y quebrantar las normas.

Confiamos que el retiro de José Miguel de La Calle no haya sido por sus fuertes medidas contra quienes en Colombia suelen tirar la piedra y esconder la mano. Puso unas firmas en su lugar en defensa del consumidor final.

La dignidad humana

 

Mientras exista la figura institucional de la Vicepresidencia de la República ha de ser respetada tanto como la persona que en ella ejerce por voluntad popular.

La ley antidiscriminación

 

Si usted cree que nuestros deportes nacionales son el fútbol y el ciclismo, se equivoca. Son modificar la Constitución (reformada 32 veces en 21 años) y el Código Penal (37 reformas desde el 2000), sin contar lo que nos sube pierna arriba. Se juegan entre la Casa de Nariño, el Capitolio y la Corte Constitucional, con algunos medios que se venden por un plato de lentejas como fanáticos. Y allí le meten goles al pueblo colombiano sin que se dé cuenta.