Columnistas | El Nuevo Siglo

Desastre sin responsable

 

Como si nada hubiera ocurrido, se anuncia alegremente la reconstrucción de las calzadas del TransMilenio de la Avenida Caracas y de la Autopista Norte. Al cabildo distrital, tan reacio a rubricar el Plan de Desarrollo del alcalde Petro, no le tembló la mano para aprobar la “tontería” de 380 mil millones de pesos para las losas de Peñalosa.

¡Burla!

 

Tal será la sevicia con la que en Colombia se han golpeado los principios que, por fuera de todo límite, pareciera no importarnos ya la suerte de nadie ni de nada.

Por décadas, las noticias de violencia del conflicto armado o del narcotráfico nos resultaban tan abrumadoras, que ninguna otra lograba hacerles competencia.

Un extraño malestar

Un malestar extraño flota en el ambiente. Ya venía tensionándose con las noticias de orden público, que volvieron a aparecer en primer plano como una pesadilla recicladora de tragedias vividas, secuestros, asaltos, muertes de soldados y policías en número creciente, minas antipersonales en el campo y bombas mortales en las ciudades… El desfile de malas noticias pasa a diario por la televisión y, cuando ésta se apaga, continúa en la mente de los espectadores.

“Paz a la colombiana…”

Cuando el Senado de la República se apresta a darle el último debate al “Marco Jurídico para la Paz”, nuevamente aparece José Miguel Vivanco, de Human Rights Watch, para hacerle reparos a la iniciativa con la cual el Congreso y el Gobierno han querido abrirle caminos de solución al viejo conflicto interno que padece Colombia desde hace 50 años.

Negros borrados de la historia

 

Cada vez que leo ciertos libros y las informaciones que se cuelgan en algunos portales de Internet de movimientos de negritudes sobre la historia de los negros más sobresalientes en Colombia, me causa asombro la superficialidad y el desconocimiento que tienen determinados líderes negros sobre sus corraciales más importantes.

Paz Justa

 

Me ha causado enorme curiosidad que extremos opuestos tanto personal como ideológicamente canten al unísono su no rotundo contra la propuesta de paz negociada formulada por el Gobierno nacional.

A nadie le importa la humillación

 

En  la presente columna de opinión quiero expresar mi tristeza, mi dolor, mi desazón, por un país que se desmorona a diario. Colombia está moralmente enferma. Viendo el caso de Rosa Elvira Cely, golpeada, violada y asesinada en el Parque Nacional de Bogotá, solamente se puede llegar a esa conclusión.

Un Plan con inquietudes

 

Luego de un trago amargo con decisiones mal tomadas, con imprecisiones en políticas públicas, con anuncios erráticos, con deterioro de imagen pública, con varios funcionarios que renuncian, con bandazos en propuestas y hasta con roces con otros entes del gobierno distrital, empezamos a ver algunos temas que ahora si inquietan en lo sustantivo, más allá de las dudas propias de un gobierno equivocado en lo coyuntural.

El cacicazgo

 

Pensar que la corrupción puede erradicarse en las diferentes escalas de Estado, Gobierno y sector privado es vana ilusión o sueño, propicio para escribir la vida de lo que sería un país de ángeles.