Mojito amargo
Mucha gente sigue pensando que Cuba es un modelo de democracia. Inspirados en el marxismo espirituoso de los años 70, siguen creyendo hoy día que la familia Castro reinventó la democracia y que el heroico pueblo cubano vive en el paraíso político.
Y aunque sean los propios cubanos quienes les digan que no, que el modelo no funciona, la inspiración que sienten, la idealización en que viven y las aporías de que se valen pesan más que la realidad misma.