La sal corrompida
De todas las ramas públicas que se crearon con base en la delicada división tripartita del poder, planteada por grandes eruditos estatales desde siglos atrás, hay una que siempre me ha generado particular curiosidad, especialmente porque el inmenso potencial con el que cuenta se ha visto drásticamente eclipsado por las otras dos. Estoy hablando, por supuesto, de la Judicial.