¡Aleluya, lo hundimos!
Extrañamente un proyecto que nunca fue bandera del presidente Santos, lo convirtieron el Gerente del Banco de la República y el Ministro de Hacienda en punto central de la agenda económica, dejando de lado la reforma tributaria estructural, para dedicarse al proyecto que cambiaba la denominación legal de la moneda, suprimiéndole tres ceros, cuyo costo era de $ 300.000 millones.