Columnistas | El Nuevo Siglo

El Mundial ya pasó


“No aprovechó la oportunidad para hablarle al mundo”


EN  2008 China se mostró al mundo como la potencia del siglo XXI, dejando ver el poder económico presente y su importancia cultural en la historia de la humanidad; igualmente en 2014 en el Mundial de Fútbol de Brasil ya sabemos que ocurrirá algo muy parecido, porque el gigante latinoamericano se presentará como lo “más grande del mundo”.

Terrible e inaceptable xenofobia


“Seguramente ahora se tomen medidas de seguridad”

Peor el remedio que la enfermedad


“No se trata simplemente de repartir los pedazos de la CNTV”

Diagnóstico cultural


“En este proceso queda desatendida la educación de la afectividad”

Tres verdades y absolución de dudas


“Tendencias mamertas se apoderan de una cultura popular”

La calidad de la democracia


“Sus réplicas se sentirán en todo el orbe económico”

Una política ecológica


“Cooperación de todas las naciones para detener la destrucción”


PARA  diseñar una adecuada política ecológica en Colombia debemos tener en cuenta dos enfoques principales. En primer lugar el conocimiento de la enorme riqueza de biomas, ecosistemas y nichos ecológicos con que la naturaleza ha dotado al país.

La presunción de inocencia


“Atentan directamente contra los derechos de los colombianos”

Azul de media noche


LUEGO  de tres semanas de recorrer otros puertos -cargados de historia, antigüedad, teatro y filosofía- Puerto Libertad vuelve al mar donde vive: un mar alto y montañoso, por donde navegan esperanzas y violencias, progresos y miserias, encuentros y abandonos.

La revolución de los nerdos



“Intimidación escolar más dañina que el matoneo tradicional”


QUÉ  haría usted si al entrar a un salón de clase, en la mitad de la explicación, lo primero que oye es a un estudiante diciéndole a otro “¡Usted si es mucho idiota!”?

El ilícito manejo de AIS

 

“Pudo más el febril temperamento que la prudencia”

 


TODO  el país esperaba recibir un ejemplo de quien fue su Presidente amado, pero como era de suponer pudo más el febril temperamento que la prudencia propia de quienes se han sentado en el solio de Bolívar.