Editorial | El Nuevo Siglo
El   próximo martes, después del llamado puente festivo de Reyes, inicia el 2015 en firme. Y lo hace con dos emergencias a bordo. De un lado, la epidemia por el virus del chikunguña, que ya suma alrededor de 90 mil casos confirmados pero que se cree puede haber contagiado a más de doscientas mil personas en todo el país, gran parte de las cuales no acudieron a los centros médicos y han preferido paliar los efectos de la enfermedad en casa y automedicándose, pese a los llamados de las autoridades a que no lo hagan.
*Extremismo islámico golpeó París
*El riesgo de los “lobos solitarios”
Desde  los tiempos de fundación de la República viene la crisis del Estado en Colombia, en cuanto se rompió con la tradición cultural de siglos con España, a diferencia de las trece colonias que conformaron los Estados Unidos, las cuales nunca rompieron con su tradición cultural anglosajona y, todo lo contrario, fortalecieron los lazos diplomáticos y de diversa índole, conformando una entente poderosa mundial que aún prevalece.
*Problemas coyunturales y estructurales
*Falsos dilemas vs. estrategias conjuntas
La   noticia del caso de barbarie que en Turbaco (Bolívar) protagonizó un sujeto armado de un puñal, al que se sumaron unas 15 personas para agredir de manera cobarde y despiadada  a un toro, golpeándolo e hiriéndolo hasta causarle la muerte, ha concitado el interés e indignación de la opinión pública en estos días en los que se despereza el año.
Obligación de partidos y movimientos
Normatividad suficiente y extensa
HENRY  de Montherlant, en Los Bestiarios, con su fina prosa penetra en los secretos de la tauromaquia, que enfoca como uno de los ritos más antiguos de la humanidad.
Más allá de reformas, leyes o decretos
Correcciones estructurales y coyunturales
 
La Sociedad Bolivariana de Colombia que preside Miguel Santamaría Dávila, con lujo de competencia y dedicación, intensificó en el 2014, el denodado esfuerzo por liberar al Libertador Simón Bolívar de las garras de los demagogos y atolondrados que de manera abusiva se cobijan en su patronímico con la finalidad de encubrir los más variados y alucinantes proyectos populistas, incluso para justificar la violencia.