EN 2018 MÁS DE 14 MILLONES DE VOTOS EN SENADO NO FUERON POR CANDIDATOS
Comienzan los partidos a hacer cuentas para las elecciones legislativas y presidenciales de 2022 sobre la votación que podrían obtener y la forma de incrementar el caudal. En este análisis un elemento, sin duda clave, son los votos que los electores depositan por las listas, muchísimos más que los que se marcan por los candidatos, como se vio en los comicios del 2018 en el caso de Senado. ¿Cómo harán las colectividades para retener este botín en la cita con las urnas del próximo año o es que, acaso, es una especie de activo con el cual pueden contar desde ya?
El asunto es de tal importancia que en 2018 para el Senado de los 17’818.185 votos que se depositaron, 14’474.450 se marcaron por las listas, es decir por el partido.
Es un fenómeno que llama la atención porque desde hace años en las encuestas son bajos los índices de la población que dice identificarse con un partido y mucho menos dicen ser militantes.
Las listas cerradas no son ‘harina de este costal’ pues de hecho implican que el ciudadano necesariamente vote por el partido, sin embargo es sorprendente que tantos colombianos sufraguen por la colectividad teniendo en cuenta que la mayoría de las listas que se presentan son de voto preferente, es decir que se tiene la opción de marcar solo el candidato.
Para la muestra, de las diez listas a Senado en 2018 que alcanzaron curules, nueve eran de voto preferente, solo la de Colombia Justa Libres se presentó bajo la modalidad cerrada.
En esa oportunidad la votación por la lista del Centro Democrático a Senado fue de 2’513.320, de los cuales 522.030 los marcaron por el Partido (20,77% del total).
Esta votación por el Partido fue la segunda después de Álvaro Uribe, quien obtuvo 875.554 sufragios.
Por su parte Cambio Radical en esa oportunidad su lista obtuvo 2.155.487 votos, de los cuales 231.841 (10.75% del total) fue por el logo del Partido.
Es decir que si en esa ocasión Cambio Radical fuera un candidato sería la votación más alta por encima de Arturo Char, quien consiguió 126.628 votos.
En el caso del Partido Conservador su lista al Senado en los comicios del 2018 consiguió 1’927.320 votos, sin embargo de esos 215.822 fueron tarjetones marcados por la colectividad (11.19% del total).
Mientras que la lista del Partido Liberal sumó 1’901.933 votos, de los cuales 241.259 fueron por la colectividad (12.68% del total).
Una situación parecida se vio en el caso de la lista de La U, que obtuvo 1’853.054 votos, de los cuales 203.105 fueron para el Partido (10.96% del total).
En el caso de la Alianza Verde, que fue la gran sorpresa en la elección al Senado en 2018 alcanzando nueve curules, obtuvo 1’317.429 votos, de los cuales 186.149 fueron por el Partido (14.12% del total).
Militancia y simpatizantes
Los votos por los partidos en mayor parte tienen la fuente en su militancia y en simpatizantes que indistintamente marcan un candidato o la lista a sabiendas de que al final todo irá a la misma bolsa.
Desde el punto de vista de la militancia se podría considerar que es un activo del Partido porque elección tras elección difícilmente extraviaría su voto a otra colectividad, es decir, quien es uribista, conservador o izquierdista es poco probable que cambie de parecer pues identifican en las colectividades su sentir ideológico.
Otra cosa son los simpatizantes que les gusta una colectividad y la siguen sin llegar al punto de pedir carné. No obstante este tipo de electorado tiende a ser más volátil porque puede cambiar de parecer según la coyuntura política, porque el partido que le gusta lo decepcionó por su forma de gobernar o porque a su parecer uno de sus líderes no hice bien las cosas. Incluso debido a que en un momento dado descubren en otras formaciones políticas mayor identidad.
En consecuencia este es un campo fértil para los partidos pero que exige que trabajen a fondo para lograr atraer a esos simpatizantes a sus filas y hacerlos militantes.
Entre tanto en los periodos previos a las elecciones, como el que hoy vivimos, los partidos tienen que motivar a los simpatizantes y a los indecisos a votar por su lista o por algunos de los candidatos, a través de un fuerte trabajo en la campaña, divulgación en medios y especialmente tener un cabeza de lista muy fuerte.
En este punto se abre el interrogante sobre qué impacto tendría para el Centro Democrático, la Alianza Verde y el Polo Democrático en los comicios de Senado el año próximo la votación solo por el partido, teniendo en cuenta que no tendrán, como sí en 2018, como cabezas de lista al expresidente Álvaro Uribe, el exalcalde Antanas Mockus y el senador Jorge Robledo, respectivamente.
El exregistrador Nacional del Estado Civil, Carlos Ariel Sánchez, en diálogo con EL NUEVO SIGLO explicó en su concepto que tantos votos por los partidos se deben a que “muchas personas tienen ya una filiación partidista más o menos definida. Entonces votan por la lista. Sobre todo los partidos tradicionales deben mucho votar por la lista”.
No obstante dijo que otra razón es que se “debe entender que el voto preferente no es fácil de manejar porque se tiene que tener el Partido y el número. Entonces la gente en la práctica vota dos veces”.
Sánchez consideró que como están las cosas hay cierta estabilidad en esos votos por los partidos, es decir, que podrían contar con ellos para las próximas elecciones. No obstante, dijo, “sufren pérdida los partidos que pierden jefes, por ejemplo, el Partido Verde que tenía a Mockus, debe reemplazar a Mockus; o el Partido Centro Democrático si Uribe no está, tiene que remplazar a Uribe”.