El jurista Hernando Herrera Mercado, director de la Corporación Excelencia en la Justicia Excelencia en la Justicia, explica en qué consisten sus reparos al proyecto de ley que aún espera el primer debate en la Comisión Primera de Senado
EL NUEVO SIGLO: ¿En qué estado se encentra el proyecto de reforma al Código Civil?
HERNANDO HERRERA MERCADO: Nosotros estamos de acuerdo en que el Código Civil requiere algunos ajustes, pero esos ajustes deben ser puntuales, mínimos, no debe ser un ajuste ‘quirúrgico’ de gran dimensión, sino una microcirugía. Desafortunadamente o que se ha auspiciado por algunos es una caótica y anárquica reforma para los Códigos Civil y de Comercio pretendiéndolos unificar. Por eso hemos recibido con beneplácito las manifestaciones de la gran mayoría del Congreso de no quererle dar ningún trámite a ese esfuerzo ciertamente minúsculo de lo que sí es muy importante código centenario que ha tenido Colombia.
ENS: ¿En qué estado se encuentra el trámite legislativo de este proyecto?
HHM: Lo que nosotros tenemos como dato cierto es que ni siquiera se ha iniciado el trámite de esta iniciativa toda vez que existió no solamente polémica sino censura, y ahí quiero involucrar tres actores frente a lo que ha significado ese desbarajuste: la Universidad Externado por medio de syu facultad de Derecho que realizó un trabajo muy serio unificando sus departamentos de Derecho Civil, Comercial y Procesal a efectos de criticar esa iniciativa. E segundo lugar a la Universidad del Rosario que a través de sus profesores de Derecho Privado también consideró que se trata de una iniciativa anacrónica y mal redactada, y en tercer lugar la Corporación Excelencia en la Justicia que ha vislumbrado cómo este proyecto lo que va a generar es no solamente poner en vilo entidades importantísimas del Derecho como el debido cumplimiento del negocio jurídico, como la protección a la propiedad privada, sino también que convierte a nuestros jueces y juezas en activistas judiciales, cosa que no están pidiendo.
ENS: ¿Por qué dice usted que la reforma al Código Civil debería ser en cosas mínimas?
HHM: Por varias cosas. Primero, este proyecto no gozó de amplio debate académico, solamente estuvo depositado en una facultad que por seria que es no concitó el ejercicio. Tampoco los redactores se preocuparon por vincular a catedráticos de otras universidades ni a ventilar esa iniciativa debidamente porque se está tratando de reformar justamente el Código Jurídico más importante que tiene el país pero además el más antiguo.
Desde ese punto de vista nosotros hemos detectado muchos defectos que tiene ese proyecto, por eso decimos que el Código Civil actual requiere de pocos ajustes, mínimo, porque la obra de Don Andrés Bello con el paso del tiempo no solamente se ha comprobado que es atemporal sino que simplemente se ha logrado ajustar vía la muy buena interpretación que han hecho los jueces, los tratadistas de derecho privado en el país a efectos de ir copando esos espacios sin importar el paso del tiempo. Y por eso esos ajustes tendrían que ver con temáticas como por ejemplo utilizar la contratación vía nuevas tecnologías y otros avances que eran imposibles de prever hace varias un siglo décadas pero no en otras estructuras jurídicas que hacen que nuestro país sea seria a nivel internacional con una seguridad jurídica y a una legislación que ha sido probada por décadas.
ENS: ¿Me decía que el proyecto busca unificar en uno solo los Códigos Civil y de Comercio?
HHM: Así es, y uno lo ven en esos muy buenos ensayos de la Universidad del Rosario, la Universidad Externado y la Corporación Excelencia en la Justicia que existen inquietudes con relación a ese punto, y más porque como se quiere hacer en ese proyecto que ciertamente es incongruente, es simplemente hacer una mezcla sin tener en cuenta las realidades de uno y otro derecho, el Derecho Civil y su contratación y el Derecho de Comercio y su contratación.
Desde esa perspectiva ese proyecto ha tenido muchas críticas y no solamente desde esas universidades sino de otras que se han referido al respecto en diferentes documentos, columnas, conferencias, análisis, debates, han expresado su preocupación con el desborde que se presenta, comenzando porque el proyecto ni siquiera quedó bien escrito, artículos repetidos, artículos traídos de otras legislaciones que no se acompasan con la realidad jurídica colombiana. Es decir, la única palabra que puede darle reflejo a esa reforma es que es totalmente caótica y que los ponentes, seguramente pensando en un ejercicio de simple impronta personal lo púnico que hicieron fue poner a disposición de la opinión pública, después de hecho, un ejercicio que resulta risible y que además es anárquico.