Lo último de “Petro Páramo” | El Nuevo Siglo
Jueves, 5 de Septiembre de 2024

Dos gestos de sendas mujeres frente a recientes actuaciones de nuestro singular presidente me parecen que valen más que mil palabras: el primero, en la descompuesta cara de Laura Sarabia cuando atravesó con su mirada al hombre al momento de llegar -muy tarde, como siempre, con pantalón y guayabera blancos y zapatos color marrón- para el desfile de conmemoración del Día de la Independencia el pasado 20 de julio, hecho que se ha considerado como una afrenta nacional. Tan inadmisible la tardanza que hasta su alter ego, Alexander López, trató de disfrazarla con motivos de seguridad, y peor su presentación personal (de galán de heladería de los años 70’s) pues la majestad del evento implicaba un riguroso sastre, aunque fuera como ese que no se quita Donald Trump, con una espantosa corbata roja que le llega a las rodillas.

El otro gesto que se me grabó fue el de la recién posesionada Defensora del Pueblo, Iris Marín Ortiz (mujer que desconocía y quien me parece bien centrada) cuando el hombre, en plena ceremonia de posesión de ella en Nuquí, Chocó, con la mirada oblicua, dio en abrir la boca para blasfemar que nuestras mujeres periodistas eran “las muñecas de la mafia” y la entrante Defensora, nerviosa y perpleja, no musitó palabra alguna, pero una vez desembarazada del evento le respondió al primer mandatario en su cuenta de whatsApp de manera tajante: “No somos muñecas, ni instrumentos de nadie, no hay espacio para estigmatizaciones o agravios frente a las periodistas. Nada lo justifica. Debatamos las diferencias, no violentemos a las mujeres”.

Pero no quiero ni imaginar la cara -pálida- del gran y centrado magistrado Gerson Chaverra Castro -ilustre chocoano, un fenómeno de superación personal- que tiene el honor de ser el primer presidente afrodescendiente de la Corte Suprema de Justicia, quien se quedó mirando para el ídem cuando “Petro Páramo” no llegó jamás al acto de instalación en Quibdó de un conversatorio sobre la justicia ordinaria, encuentro tradicional al que no falla el primer mandatario. Y no contento con incumplir la cita, le mandó en un discurso al día siguiente el “sablazo” de “Poco entiendo de por qué los hombres negros pueden ser conservadores, no lo comprendo muy bien, pero son negros que se liberan y que hoy, conduciendo la justicia, pueden condensar casi que en un momento propicio de la historia como una negación de nuestro propio incumplimiento” (sic). 

Y tampoco nadie entendió las frases del mandatario, pero todo el mundo ha coincidido en que anda perdido en la galaxia, y seguramente “Petro Páramo”, como titularía Juan Rulfo su primera novela, quizás apuntando a su segunda obra, dejará, cuando por fin se vaya, “El Llano en Llamas”, aunque en nuestra realidad no sólo sería el Llano, también la selva, la montaña y la ciudad, pues todo lo tiene incendiado.

Post-it. Qué bueno poder salir de la triste realidad nacional para aplaudir a esa cumbre de emprendimiento y conectividad que reunió el fin de semana anterior en Bogotá a startups, corporaciones y comunidades tecnológicas internacionales y que se replica estos días en Cali y Barranquilla. Colombia Tech-Week congregó a más de 10 mil participantes que asistieron a 157 eventos con diversos paneles de información, posicionando a Colombia como un centro de inversión y cultura, moviendo nuevas oportunidades de negocio. Felicitaciones a sus jóvenes organizadores: están forjando Patria en medio de la frustración colectiva.