Hoy asume el nuevo presidente de Venezuela, Edmundo González Urrutia, triunfador absoluto en las elecciones del pasado 28 de julio, quien acaba de adelantar una gira por Argentina y otros países del continente y recolectó, junto a Pastrana, a siete expresidentes para su posesión en Caracas.
El dictador Maduro dice que si llega a su tierra lo pondrá preso. Pero si ello ocurre, la revuelta será de proporciones bíblicas y el dictador y su camarilla de mafiosos, con Diosdado Cabello y el general Vladimir Padrino a la cabeza, no tendrán opción diferente de “tomar las de Villadiego” para salvar lo que tienen por debajo del “cabello”. La referida expresión nace cuando el Rey Fernando III de Castilla, “el Santo” (así canonizado por el Papa Clemente X), ordenó prohibir que molestaran a los judíos allí residentes y entonces los vecinos hebreos de Toledo y Burgos optaron por “tomar las de Villadiego”, para salvarse.
Y como todo cambia, ahora, el turno de viajar es para esa camarilla mafiosa que lleva años asolando el país vecino quienes deberán, pensando en su propio santo, “tomar las de Petro-grado” (como antes llamaban a San Petersburgo), invocando no a San Pedro sino al Petro del vecindario bolivariano, para que se sientan más seguros. Pero, pensándolo bien, no vendrán a Colombia -donde no los pueden ver ni en “Pinturita”- sino que viajarán directo a Rusia, santuario de los sátrapas modernos, país donde ya está protegido el señor Bashar Háfez al-Ásad, recientemente “defenestrado” de Siria. Dios los cría y ellos se juntan, tarde o temprano. El hecho evidente es que, con Donald Trump, “tiene más futuro la República Democrática de Tanganica” que la permanencia del sátrapa bolivariano en el poder.
Post-it. Los antioqueños, definitivamente, están a otro nivel. Se escaparon en la carrera del desarrollo y andan en la punta, cual Ramón Hoyos, a pesar del señor Petro, quien por mucho que lo intente, pedaleando su rabia y sudando la gota gorda, no logra detenerlos. En el camino hacia el mar tienen a punto el megaproyecto Túnel del Toyo, el más largo y profundo de América, que dejará a Medellín a cuatro horas y media del puerto que se construirá en el Urabá.
El oriente antioqueño, por LLanogrande, que acabo de visitar, donde queda la finca de Álvaro Uribe -para más piedra de Petro- y por donde rueda el bien aceitado negocio la Finca de Rigo, parece, sencillamente, otro país. Su gente alegre, su rutilante infraestructura, carreteras, el túnel de interconexión Aburrá-Oriente, los centros poblados y centros comerciales, Rionegro, (llamada "Cuna de la Libertad", trascendental en tiempos de nuestra independencia) con 100% de ocupación laboral... de allí salió Andrés Julián Rendón, donde fue alcalde con grandes ejecutorias, logrando convertirla en la única no capital de Colombia que forma parte del programa de ciudades sostenibles del BID.
Andrés Julián, del partido Centro Democrático, ahora funge como gobernador de Antioquia y continúa la senda de su excelente gestión administrativa, firme y valeroso, permanentemente enfrentado a Petro, como el alcalde Fico, de Medellín, y esa sola condición los hace más notables, porque luchan patrióticamente por su terruño contra la adversidad del gobierno central. Entre Fico y Andrés Julián habrá que buscar a un futuro presidente de Colombia.
Post-it 2. ¿Qué tendrá el entrenador Iñigo Pérez contra nuestro mejor futbolista, James Rodríguez, a quien no mueve de la banca? ¿Será que no ve la hora de mandarlo a morir al museo “Omar Rayo Vallecaucano”?