Columnistas | El Nuevo Siglo

Entre las garzas y el óxido

Carretera que lleva de Cartagena a Barranquilla. Ahí, literalmente descolgándose por la baranda del puente, a la altura del poste 61 -entre la ciénaga y el lodo, entre las garzas y el óxido- viven Mariana y su esposo Miguel; siete hijos nacidos, uno por nacer, tres perros, un gato, dos palmas, y una alucinante mezcla de pobreza extrema, ternura y bondad.

Un episodio de locura

“Si ves que están cortando barbas coloca las tuyas en remojo” repetía el viejo dicho, y para actualizarlo debemos agregar “sobre todo si vives en un mundo globalizado”.

Los olvidados

Gobernadores y alcaldes cumplen su primer mes de administración, en medio de no pocas dificultades. El panorama tiene luces y sombras entremezcladas, que forman una barrera para cumplir planes y programas propuestos en sus respectivas campañas y, atender por encima de todo, lo más urgente que afecta a la población en aspectos sociales y de desarrollo en general.

En respuesta a un fetiche

Para mí, como católico, fue una experiencia inolvidable. Cuando llegué a la Plaza de Bolívar me impresionó el río de gentes y se me erizó la piel, literalmente. (El grafitti del M-19 vive en la puerta del Palacio de Justicia, todavía está).

Derechos fundamentales y pobreza

Colombia está clasificado entre los países más inequitativos, por mantener en forma oprobiosa la mayor concentración de la riqueza en pocas manos. Los esfuerzos del Estado han sido insuficientes para remediar las irritantes injusticias sociales. Para combatirlas, el legislador ordinario y el Gobierno Nacional como colegislador, han pecado por acción y por omisión en la implementación de políticas audaces.