Columnistas | El Nuevo Siglo

La prensa y la paz

En  mi personal sentir creo que, cuando hay intereses supremos nacionales, como es el caso de la paz para los colombianos, los medios y los periodistas, deberíamos bajar la guardia en la búsqueda de una primicia o una chiva, si ésta al publicarse, puede afectar cualquier proceso que se esté adelantando en este sentido.

Esperanza

El intercambio epistolar de los últimos días ha logrado generar en la sociedad un estado de extraña expectativa. Más allá del cambio de tono de Timochenko y de la extraña disposición del Gobierno a abrir puertas para salidas negociadas, la esperanza de una nueva oportunidad para recuperar la paz en este país vuelve a abrir la discusión sobre la los diálogos con un grupo armado al margen de la ley.

El debate de la droga

El argumento parece inobjetable: la guerra contra las drogas es un fracaso y ha traído más daños que beneficios.
La causa del fracaso es obvia: la prohibición hace que se produzca menos droga, lo cual eleva su precio, y la hace más rentable, lo que induce a nuevos capos o carteles o países a dedicarse al negocio. Por eso entre más éxitos se logren en combatir la droga, peor es el fracaso.

 

Teatro a cielo abierto

 

A cielo abierto se escenifican los Cuadros Vivos en Galeras (Sucre) durante tres noches de enero, en largas y añejas calles que permiten comentar los cuadros, hacer tertulia, saludar al amigo, reencontrarse con los que regresan y abrirle la casa hospitalaria al forastero, quien admirado recorre esta galería de arte popular, abriéndose paso a codazos entre la abigarrada y alegre multitud que camina orgullosa frente al hermoso arte de su pueblo.

 

Nada cambia

 

Mucho se ha especulado a partir de la reciente comunicación de las Farc; se habla de un cambio de tono, de una voluntad de dialogo por parte del grupo armado e incluso del inicio de una nueva etapa que podría poner fin al conflicto en el 2012.

 

Opinar no es criticar

 

Esta es mi columna 457 para El Nuevo Siglo y debo decir que escribir mi opinión sobre lo que veo que pasa en el país en lo político, lo económico y lo filosófico es un placer.

 

El futuro conservador

 

El Partido Conservador colombiano no es hoy, como antaño, el Partido que decidía, sino se ha acostumbrado a que otros decidan por él. Nosotros siempre hemos alegado que nuestra gloriosa colectividad se “amorcilló” como los toros mansos en las corridas malas y se ha acostumbrado al papel de apéndice burocrático del liberalismo.