Previo a la visita de jefes de Estado a un país las respectivas cancillerías y los embajadores, con sus asesores y especialistas, mueven los hilos de la temática común, según los dictados de los líderes de gobierno. No se trata de improvisar, sino de todo lo contrario: avanzar en los diversos ámbitos y tratar de cristalizarlos en tratados o acuerdos concretos. El ambiente en el cual se mueven los políticos es fundamental, incluso cuando se está de acuerdo en avanzar en el mismo sentido, como es el caso de la paz.