Columnistas | El Nuevo Siglo

Con el pie izquierdo

 

A pesar de considerar que el diálogo es un paso fundamental para lograr el fin de cualquier conflicto, sospecho que las Farc nuevamente inician estos acercamientos con el pie izquierdo, y si algo debemos hacer es bajar nuestras expectativas frente al resultado.

No es la de 1964

 

En  1964 éramos un país de 17 millones de personas, con una familia de casi 5 miembros en la casa, la edad promedio de la población era de 22 años; el analfabetismo rondaba 15%, la cobertura en salud y de educación no llegaba a 30%.

 

Los diálogos de la paz

 

El presidente Santos ha sido severo al anunciar el “Acuerdo General para la Terminación del Conflicto”, firmado entre el Gobierno colombiano y las Farc. Ha jugado duro y, a pesar de lo proceloso del camino, ha asumido toda la responsabilidad sobre el resultado de los diálogos. Eso hace inevitable que se asocie el éxito de estos con la reelección presidencial.

Esto arrancó

 

El país, con contadas excepciones, ha respirado profundamente al conocer la iniciación de los diálogos con la guerrilla para encontrar, lo antes posible, la anhelada paz que todos esperamos, tras más de cincuenta años en pie de guerra y con millones de compatriotas asesinados y despojados de sus tierras y bienes.

Mesa sin víctimas es inestable

 

Una mesa de diálogos de paz con las Farc sin presencia de las víctimas, en el llamado “tiempo de sus derechos”, no tiene estabilidad democrática.

Por una paz perdurable

 

El “Acuerdo General para la terminación del conflicto” firmado por los representantes del Gobierno y de las Farc–Ep, por su contenido pone de manifiesto la voluntad de paz de las partes dentro de un escenario apuntalado por el optimismo de los colombianos.