Columnistas | El Nuevo Siglo

Dos años de buen o mal gobierno

DIEGO ARANGO*

El espíritu olímpico

RAFAEL GÓMEZ MARTÍNEZ

 

Refrescante como un balde de agua fría terminaron siendo los Juegos Olímpicos en Londres 2012. Hay pueblos que están destinados a ser pueblos. Hay pueblos que están destinados a ser imperios. El pueblo inglés es uno de ellos. Desde sus inicios estuvo destinado a ser un imperio. A pensar en grande.

Los consejos de Jeffrey Sachs

 

Importantísimas las declaraciones que Jeffrey Sachs concedió al director de Portafolio, Ricardo Ávila, publicadas el domingo en El Tiempo. Una cátedra para Latinoamérica en materia económica en época de crisis global y unas cuantas sugerencias valiosas a Colombia.

Acerca de la Constituyente

 

Dos proyectos de ley han sido presentados al Congreso con el propósito de convocar una Asamblea Constituyente.

Aunque el mecanismo es legítimo y está contemplado en la Carta Política como una de las tres modalidades de reforma constitucional, tal convocatoria en este momento es inoportuna, totalmente innecesaria, y no convendría en términos de estabilidad institucional.

¿Nos convienen tantos TLC?

 

Dice el Ministro de Comercio que al final de este gobierno Colombia habrá firmado más de 14 Tratados de Libre Comercio, entre ellos uno con China.

Eso es preocupante. No se requiere ser un genio para saber que, simplemente, no estamos preparados desde ningún punto de vista para tantos TLC. Especialmente, no estamos preparados para un tratado con un gigante manufacturero como China.

En campaña

 

La política se reinventa, repiensa y renueva, o fatiga. Igual sucede con las campañas proselitistas, o se oxigenan, o caen en tedio popular, en apatía de electores.

En América Latina son especialmente largas y cansonas las campañas presidenciales. A diferencia de Europa y Estados Unidos, donde un año es ya bastante para proclamar una reelección o un nuevo gobernante.

Flor de loto

 

Sentí escalofríos al ver cómo nuestros deportistas se fueron ganando una a una cada medalla olímpica hasta logar las ocho preseas. En especial, y francamente no sé muy bien por qué, la de plata de Catherine Ibargüen me impactó. El ánimo que se daba a sí misma antes de empezar a correr, el grito aguerrido, los gemidos y la fuerza que le imprimía a cada zancada dada, fueron impresionantes.